Se estima que los edificios representan aproximadamente el 40 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el mundo industrializado. El CO2 es un gas de efecto invernadero que contribuye en gran medida al cambio climático global negativo. Los científicos predicen que, si no se controlan, las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero de las actividades humanas se elevarán las temperaturas globales en varios grados en este siglo. Esto podría producir un aumento del nivel del mar, inundaciones y sequías más frecuentes y una mayor propagación de enfermedades infecciosas. La huella de carbono en edificación es una medida de la cantidad de CO2 que se produce durante sus operaciones y actividades; y una apreciación del impacto ambiental que este edificio tiene. En este artículo de Zar Obras y Servicios hablamos de cómo podemos calcular y reducir la huella de carbono en edificación.
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es definida como la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, liberados a la atmósfera por una actividad humana determinada. Una huella de carbono puede ser una medida amplia o aplicarse a las acciones de un individuo, una familia, un evento, una organización o incluso una nación entera. Por lo general la huella de carbono de un producto, se mide en toneladas de CO2 emitidas por año, una cantidad que puede complementarse con toneladas de gases equivalentes de CO2, incluidos el metano, el óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero.
¿Cómo se calcula una huella de carbono?
Al calcular una huella de carbono, se tienen en cuenta diversos factores. Por ejemplo, conducir hasta la tienda quema una cierta cantidad de combustible, y los combustibles fósiles son la principal fuente de gases de efecto invernadero. Pero la propia tienda funciona con energía eléctrica y sus empleados se desplazaron al trabajo consumiendo combustible también, por lo que la tienda tiene su propia huella de carbono. Por otro lado, todos los productos que se venden en la tienda fueron transportados allí, y hasta las frutas, verduras y carnes en venta en la tienda fueron cultivadas o criadas en granjas, en un proceso que da como resultado la emisión de metano, que tiene un efecto invernadero incluso mayor que el CO2. Todos los elementos deben tenerse en cuenta y combinarse para calcular la huella de carbono completa de una actividad determinada.
La gestión y reducción de la huella de carbono como parte de una estrategia de bajas emisiones de carbono, con sus beneficios de costos inherentes y oportunidades de ingresos, es cada vez más importante en el diseño de edificios. La construcción ecológica o sostenible es una de las mejores estrategias para moderar el cambio climático negativo porque ya existe la tecnología para hacer reducciones sustanciales en la energía y las emisiones de CO2.
La reducción de la huella de carbono de un edificio reduce sus costos de funcionamiento, y aumenta el valor de la propiedad haciéndola acorde a las nuevas expectativas sociales y de mercado.
Los edificios se convierten en lugares ambientalmente responsables, rentables y más saludables para vivir y trabajar.
Pautas que pueden ayudar a reducir la huella de carbono de un edificio
Debe empezarse por un proyecto que pueda reducir las emisiones de carbono durante todo el uso del edificio. Es importante iniciar las consideraciones de este tipo desde el propio proyecto, encontrando soluciones que valoren la ocupación y uso de las infraestructuras en términos de la huella de carbono. Es el momento de pensar en los aislamientos eficaces, en las formas de iluminación natural y aprovechamiento del sombreado para disminuir en la mayor medida posible las necesidades energéticas del edificio durante su uso.
Hay que considerar igualmente los materiales implicados en el proyecto y su proveniencia. Como ya hemos comentado, extraer, producir y transportar los materiales de construcción necesarios requiere una gran cantidad de energía y su consiguiente emisión de carbono. Por ejemplo, se puede pensar en materiales naturales en los que el proceso de producción es muy bajo, pero que quedarían descartados al suponer su transporte al sitio de construcción un gasto energético difícil de asumir en términos de huella de carbono. Una forma objetiva de comparar la huella de carbono de los productos y materiales a emplear es midiendo su EPD (del inglés, Environmental Product Declaration, Declaración Ambiental de Producto) que nos daría una indicación de su impacto medioambiental durante todo su ciclo vital.
Durante la fase de construcción, habría que evaluar el impacto de la maquinaria pesada empleada y la generación de residuos.
Especificar materiales de construcción e interiores de contenido reciclado. Elegir materiales de construcción reciclables que tengan un efecto menos negativo sobre el medio ambiente. Apoyar a los proveedores ecológicos y a los vendedores que adoptan prácticas ecológicas.
Un factor importante que contribuye a la huella de carbono de un edificio es la cantidad de energía gastada para suministrar, tratar y utilizar el agua. Las estrategias orientadas al agua reducen significativamente el uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
El diseño para la conservación, la eficiencia y la reutilización del agua se encuentran entre las estrategias de reducción de energía y carbono más grandes y rentables disponibles.
Finalmente, la huella de carbono de un edificio se puede reducir obteniendo su energía operativa de fuentes ambientalmente responsables o generando energía renovable en el sitio.