El minimalismo, como movimiento estético, se ha ido configurando a lo largo de los años como una filosofía de diseño que abarca cada vez más ámbitos culturales y formas de vida. La arquitectura minimalista y su auge, nos recuerda que, este etilo que ha tenido representantes en el mundo de la música y las artes plásticas, se forjó en las mesas de diseño de arquitectos famosos. Sus bases propugnan un diseño a través de elementos simples, del tratamiento de formas, espacios y materiales en aspectos elementales. Una estructura sencilla en la que los detalles y el color adquieran una relevancia singular. El diseño minimalista se caracteriza por el equilibrio y una reducción calculada de elementos que den lugar a espacios claros y de gran pureza de líneas.
¿Cuándo surge?
Se suele citar siempre como origen del minimalismo, no solo en arquitectura sino cono corriente estética en general la sentencia: “Menos es más”, acuñada por el icónico arquitecto modernista Ludwig Mies van der Rohe. Aunque el movimiento de la arquitectura minimalista realmente no se desarrolló plenamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y alcanzó su punto máximo en las décadas de 1980 y 1990, Mies van der Rohe y sus contemporáneos modernistas sentaron las bases para este estilo elegante y aerodinámico a principios del siglo XX.
Inspirado en los movimientos De Stijl y Bauhaus, así como en la estética japonesa de tradición zen y el estilo de vida wabi-sabi, el minimalismo reduce las estructuras a lo esencial, utilizando la forma, la luz y los materiales para crear algo simple y hermoso. Estas características han deparado un nuevo auge a la arquitectura minimalista en la actualidad, recordándonos que nunca pasó de moda.
¿Cómo se desarrolla la arquitectura minimalista?
A pesar de su nacimiento en un entorno europeo y su innegable influencia de la estética japonesa, el minimalismo como movimiento artístico y cultural está indisolublemente ligado al universo plástico que se crea en el caldo de cultivo estadounidense en la Nueva York de los sesenta.
Su desarrollo se relaciona con una reacción contra el expresionismo de corte abstracto, en la que los artistas minimalistas se alejan del simbolismo y la ornamentación, para centrase en la esencia de los materiales en la luz y la geometría.
Esta corriente estética, que reúne nombres notables de las artes plásticas como Sol LeWitt, o Frank Stella, o músicos como Terry Riley o John Adams; añade un trasfondo cultural y de experimentación formal a la inicial manifestación minimalista procedente de la arquitectura.
Características fundamentales
Las señas de identidad de la arquitectura minimalista recogen los elementos esenciales de sus diversas influencias, y se han mantenido en esencia a lo largo de su desarrollo como estilo.
Geometría y líneas limpias en la arquitectura minimalista
El minimalismo tiene que ver con la reducción a lo esencial, y en arquitectura, las partes requeridas esenciales de un edificio son simplemente su forma. Reducidos aún más, los bloques de construcción de estas estructuras son todos geometría y líneas, y eso es exactamente lo que podemos encontrar en la arquitectura minimalista. La mayoría de las estructuras están hechas de ángulos simplificados, definidos por líneas limpias que siguen formas geométricas clásicas. Sin embargo, esto no hace que un edificio minimalista sea aburrido. De hecho, los arquitectos minimalistas a menudo crean sensaciones combinando formas geométricas reducidas y jugando con la escala.
Falta de ornamentación
No es esperable encontrar detalles arquitectónicos ornamentados como frisos, columnas o frontones en un edificio minimalista. Suelen ser todo líneas rectas, curvas suaves y superficies planas, diseñadas intencionalmente para mantener toda la atención en la arquitectura.
Materiales simples
La falta de ornamentación se manifiesta no solo en los detalles arquitectónicos, sino también en los materiales utilizados. Para no distraer la atención de la estructura, los materiales simples como el vidrio, el acero o el hormigón se utilizan comúnmente en la arquitectura minimalista.
Paleta monocromática
Una vez más, se trata de reducir las distracciones en la arquitectura minimalista: el color es una de esas distracciones. Muchos edificios minimalistas son monocromáticos, aunque algunos arquitectos que siguen este estilo son conocidos por su uso selectivo de toques de colores llamativos.
Espacios abiertos
El desorden no es algo que resulte amigable en el ánimo de los minimalistas, y eso también se aplica a la arquitectura de este estilo. En el interior de estos edificios, podemos encontrar mucho espacio abierto. Aplicado al caso de una casa, eso significa que probablemente tendremos un plano de planta abierto.
El minimalismo es sinónimo de cierto sentido íntimo de orden, por lo tanto, funciona bien en el sentido de establecer ambientes que buscan la respiración de los espacios. Zonas en las que se propicie también el equilibrio mental y relajar nuestras mentes. En este sentido el minimalismo consigue funcionar bien en apartamentos y casas pequeñas, dando una impresión insospechada de amplitud en ellas.
Cuidado especial de la Iluminación en la arquitectura minimalista
Aunque la arquitectura minimalista no tiene ornamentación, presta mucha atención a la iluminación, ya sea artificial o natural. Dado que los edificios minimalistas tienden a la simplificación, pueden aprovechar el espacio negativo para crear sombras y reflejos con intención ambiental.