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Infraestructuras resilientes para un futuro más seguro

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Los desastres, incluidos los que son más frecuentes debido al cambio climático, presentan un riesgo generalizado y creciente para la población mundial, amenazando el entorno humano habitable y construido, incluidas las casas, la infraestructura escolar y sus usuarios. Son diversas las instituciones multinacionales que están integrando esfuerzos para fortalecer las infraestructuras resilientes en la urbe apoyando la identificación de riesgos de desastres, mejorando la resiliencia estructural y mejorando los procesos de regulación y gobernanza para gestionar el riesgo, como las regulaciones de construcción. Iniciativas como los programas globales para escuelas más seguras, la regulación de edificios para la resiliencia (BRR) y la vivienda resiliente se han convertido en plataformas para fortalecer la infraestructura y la resiliencia urbana en todas las regiones.

¿Qué se entiende por infraestructuras resilientes?

La respuesta a este desafío ha venido a través del diseño y la gestión integral de sistemas de infraestructura sostenibles y resilientes y sus interacciones. En el concepto de infraestructuras resilientes, el término “infraestructura” se utiliza en su sentido más amplio, y abarca tanto la infraestructura construida (edificios, carreteras, puentes, redes de tuberías, instalaciones de tratamiento, etc.) como los servicios de infraestructura que dependen de sistemas naturales y construidos integrados para satisfacer las necesidades fundamentales de la sociedad.
El término “resiliente” se refiere a la capacidad de dichos sistemas de infraestructura (incluidos sus ecosistemas y sistemas sociales interconectados) para absorber perturbaciones y aún conservar su función básica y capacidad estructural.

Construir infraestructuras resilientes

Parte de los inicios de este concepto están en los desarrollos prácticos que países amenazados de forma regular por desastres naturales habían adoptado para aumentar la seguridad de sus construcciones.
Los ejemplos más conocidos serían las infraestructuras capaces de soportar terremotos frecuentes o las soluciones urbanísticas para la gestión de inundaciones recurrentes en Japón. Con este tipo de experiencias y la aparición de tecnología y materiales novedosos, se han ido concretando los aspectos más importantes a desarrollar en la construcción real de infraestructuras resilientes.

Regulación de la construcción para la resiliencia

Los programas multinacionales de regulación de construcciones resilientes proporcionan asistencia técnica para apoyar a los gobiernos a fortalecer su capacidad reguladora de construcción y, a su vez, promover un entorno construido más seguro y resistente. Una corriente central de las actividades de estos programas incluye el apoyo a los gobiernos para desarrollar y reformar políticas relacionadas con la regulación de la construcción. Aquí se contempla el establecimiento o la mejora de los marcos legislativos nacionales responsables de exigir la construcción de edificios seguros y permitir que el proceso de construcción proceda de manera eficiente. Se apoya la introducción de códigos de construcción y se centra en la administración práctica de estos códigos en los departamentos de construcción local.

Vivienda resiliente

En 2018, se lanzó el Programa Mundial de Vivienda Resiliente del Banco Mundial. Las actividades de asistencia técnica están ayudando a aprovechar la tecnología para identificar los riesgos y permitir la identificación de las necesidades de inversión para aumentar la resiliencia del parque de viviendas existente frente a los desastres naturales y el cambio climático. Las actividades se enfocan específicamente en identificar medidas de resiliencia a través de:

Reasentamiento preventivo y renovación urbana

Regularización de medidas fiscales para favorecer inversiones en infraestructura resiliente

Inversiones en vivienda en nuevos desarrollos, ampliaciones y remodelaciones.

Estas medidas buscan apoyar construcciones que maximicen la eficiencia con la evidencia de que esta impulsa diversos valores positivos en el ámbito colectivo:

 Reduce la huella de carbono y las emisiones de los gases de efecto invernadero.

✅ Ahorra costes en energía y en materiales.

✅ Aumenta el valor y la duración de las inversiones en construcción.

Escuelas más seguras

Cada año, los desastres naturales y el cambio climático en todo el mundo tienen un efecto devastador en la educación de los niños. Causan daños directos a toda la comunidad escolar, poniendo en riesgo sus vidas y dañando o destruyendo la infraestructura escolar.

El Programa Global para Escuelas Más Seguras (GPSS) promueve y facilita inversiones informadas a gran escala para la seguridad y resiliencia de la infraestructura escolar nueva y existente en riesgo de amenazas naturales, contribuyendo a entornos de aprendizaje de alta calidad. La atención se centra principalmente en la infraestructura de las escuelas públicas en los países en desarrollo.

Energía resiliente

La resiliencia de los sistemas de energía se ha convertido en un problema importante, ya que los ciclones, las tormentas de nieve, las inundaciones, las olas de calor, las sequías graves y los incendios forestales en muchos países interrumpen los servicios con una frecuencia alarmante.

Estos eventos extremos pueden afectar todas las partes de la cadena de suministro, desde las centrales eléctricas que pueden quedar paradas durante semanas debido a las inundaciones, hasta los postes de distribución que pueden ser arrancados de raíz por una tormenta.

El Programa de Energía Resiliente tiene como objetivo hacer operativa la resiliencia en los subsectores de la electricidad mediante el desarrollo de enfoques analíticos para evaluar e integrar medidas de resiliencia en asociación con el Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de la Energía (ESMAP).

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