Se mantiene el equilibrio entre la puesta en valor de la preexistencia que se considera relevante y lo contemporáneo. Esto se potencia con la compresión-descompresión de los espacios en los que derivan las circulaciones hacia los habitáculos principales de la vivienda.
El salón, que mantiene los techos originales de la vivienda y fusiona el antiguo salón y la salita de estar en un único espacio, es el punto principal de la misma.
La limpieza y simetría de las líneas que conforman los espacios, que junto con el estilo neutro que se consigue con una paleta de materiales que combina madera de roble, y acabados blancos mate tanto para chapados como armarios, puertas y paredes, son la seña de identidad de esta intervención.
Esperamos que os guste.